REVELACIÓN: "Viendonos a nosotros mismos"
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INTRO:
INTRO:
La revelación del Señor nos hace tener una mirada retrospectiva y nos vemos a nosotros mismos como estamos, de manera que reconozcamos que en nuestras fuerzas no podemos, entonces él nos fortalece para comisionarnos.
DESARROLLO:
DESARROLLO:
LAS CONSECUENCIAS DE VER AL SEÑOR.
LAS CONSECUENCIAS DE VER AL SEÑOR.
Pero debo aclararte que no podrás ver mi rostro, porque nadie puede verme y seguir con vida.
En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.
Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Nadie se quedó conmigo cuando tuve esta gran visión. Las fuerzas me abandonaron, palideció mi rostro, y me sentí totalmente desvalido. Fue entonces cuando oí que aquel hombre me hablaba. Mientras lo oía, caí en un profundo sueño, de cara al suelo.
Al verlo, caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo su mano derecha sobre mí, me dijo: «No tengas miedo. Yo soy el Primero y el Último,
Al ver esto, Simón Pedro cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: —¡Apártate de mí, Señor; soy un pecador!
Dios hace que los Suyos se percaten de su propia debilidad antes de concederles fuerza y poder
LA TRANSFORMACIÓN DE LA REVELACIÓN
LA TRANSFORMACIÓN DE LA REVELACIÓN
¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento. Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció, y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.
En ese momento voló hacia mí uno de los serafines. Traía en la mano una brasa que, con unas tenazas, había tomado del altar. Con ella me tocó los labios y me dijo: «Mira, esto ha tocado tus labios; tu maldad ha sido borrada, y tu pecado, perdonado.»
Al verlo, caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo su mano derecha sobre mí, me dijo: «No tengas miedo. Yo soy el Primero y el Último,
EL PROPÓSITO DE LA REVELACIÓN
EL PROPÓSITO DE LA REVELACIÓN
Ésta es la revelación de Jesucristo, que Dios le dio para mostrar a sus siervos lo que sin demora tiene que suceder. Jesucristo envió a su ángel para dar a conocer la revelación a su siervo Juan,
Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe.
Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
como también lo estaban Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón. —No temas; desde ahora serás pescador de hombres—le dijo Jesús a Simón.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
No podemos hacer lo de Dios, sin verlo a él, sin su revelación.
Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.